El efecto invernadero debido al aumento del CO2 en la atmósfera y el calentamiento del planeta durante la segunda mitad del siglo XX son una realidad científicamente incontestable. Pero desde el año 2000, el calor acumulado en la superficie terrestre parece haber desaparecido y las temperaturas medias globales han permanecido prácticamente inmutables durante los primeros años del presente siglo.
Una nueva investigación, realizada por expertos la Universidad de Washington (Estados Unidos) y que se acaba de publicar en la revista 'Science', muestra que ésta ausencia de calor se puede estar sumiendo en las profundidades del norte y el sur del Océano Atlántico y es parte de un ciclo natural. El calentamiento bajo la superficie del océano explica por qué las temperaturas medias mundiales del aire se han estancado desde 1999, a pesar de una mayor presencia de gases de efecto invernadero que atrapan el calor solar en la superficie de la
Tierra.